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Reflexiones del idiota

El soliloquio de la espera

Me hallo a oscuras en mi habitación, solo iluminado por la tenue luz de la pantalla del ordenador, esperando a una visita que no llega. Esa visita no es otra que la de Morfeo que parece haber vuelto a declararme la guerra y lleva ya unos días que no llega a su hora. En mi reproductor de música suena “Moonlight sonata” de Beethoven, con la esperanza de que bien Morfeo se decida a acudir a la cita, o llegue a mí la tan ansiada inspiración que hace tiempo que me falta. Pero al parecer no llegan ninguno de los dos y tendré que conformarme con dejarme llevar por la suave melodía y seguir llenando esta “hoja” en blanco sin nada que decir, mientras me pregunto la razón de la falta de Morfeo, y la más preocupante, la falta de la inspiración que tanto me ha dado y ahora se niega a hacerlo. Será que últimamente solo me centro en adquirir y almacenar conocimientos, y me olvidó de mis ratos de descanso mental y de disfrute componiendo cosas nuevas. Muchos opinaran que sí, que trabajo en demasía en meter todos esos datos y no tengo tiempo de abstracción ni de descanso. Pero la duda nace en que si lo hacen por egoísmo o no, pero eso es algo que no me quiero plantear ahora… Ahora que empiezo a disfrutar del sonido del teclado con cada amartillada de las teclas…. Ahora que me dejo llevar por el sonido del piano de la música que suena… Ahora que si Morfeo apareciese me resistiría a caer en sus redes…

Pero ahora no toca eso sino, tan solo, disfrutar de esta paz tan ansiada, mientras me doy cuenta que tras varios minutos en silencio mirando fijamente no sé donde, todo sea dicho, voy dándome cuenta de que quizás la inspiración no me sea tan esquiva, pues sin pensar en nada, es cuando vienen las ideas a mí. Ideas que podría exponer ahora mismo pero que no haré, porque al igual que la inspiración empieza a llegar a oleadas, Morfeo parece estar llegando, o al menos ya hay rastros de su presencia, y seguramente no tarde mucho en llamar a la puerta de mi habitación, esperando que la luz tenue que la alumbra, se apague y con su desvanecimiento, todo caiga en el sueño que el porta, y no halla luz, inspiración, ni música. Tan solo silencio y paz, hasta que el sol aparezca de nuevo en el horizonte.

2 comentarios

Kira -

Dejale que estudie, que luego ya tendra tiempo de distraerse. Y sino, ya me ocupare yo de distraerlo mas de lo que ya lo hago.

Juanfran -

La esquiva musa se distrajo por un momento, y te ha brindado la oportunidad de escribir algo. Y, a muchos de nosotros, de leer algo nuevo de tu dedo y tecla.

Un abrazo, y más le vale a la musa que empiece a distraerse más a menudo... :-)